Durante estas últimas semanas hemos trabajado la diferencia entre las emociones de tristeza, miedo y alegría en Bebé Mozart (con nuestros babys de 1 a 3 años) y en Pequeño Mozart (los kids de 3 a 8 años) mediante la música de Vivaldi.
Desde hace dos o tres décadas la educación ha dado un giro sobre sí misma, llevando a la práctica y desarrollando con actividades la “Teoría de las inteligencias múltiples” de Howard Gardner y la “Inteligencia emocional” de Daniel Goleman en el aula. Las investigaciones y la experiencia nos están llevando al convencimiento de que el auténtico aprendizaje se consigue mediante la emoción del alumno; mediante los sentimientos que experimenta el alumno con aquello que está haciendo o le induce el entorno que le rodea. Y claro, si la emoción es el vehículo del aprendizaje, hay un arte que es pura emoción: ¿adivinas cuál es?. Sí, es la música… que nos induce emociones, nos hace notar distintos sentimientos según los parámetros de tempo, influyendo de un modo u otro en nuestra apreciación como oyentes.
La afirmación anterior está demostrada científicamente por el grupo de Peretz, I. de la Universidad de Montreal (Canadá), que además ha agrupado las emociones que nos provoca la música según los modos en cuatro grupos:
- Modo menor y tempo lento confieren una valencia emotiva negativa y una dinámica débil que es percibida como triste.
- Modo menor y tempo rápido provoca un sentimiento de ira o temor.
- Modo mayor y tempo rápido provocan alegría.
- Modo mayor y tempo lento provocan sosiego.
En Pequeño Mozart hemos trabajado las emociones mediante la audición “Violin Concerto in F minor, RV 297, I Allegro” (Vivaldi, Antonio), acompañado por un vídeo del invierno en el que aparece nuestro “Señor Do” para hacer la actividad más entretenida a nuestros peques. Con este material audiovisual (disponible en nuestro canal de Youtube), realizamos lo siguiente:
Primera secuencia (0:00 s): La tristeza. La música – en Fa Menor – parece que nos hiera utilizando las corcheas en “stacato”, simbolizando la caída de la nieve: titi-titi-titi-titi. Vivaldi escribió en la partitura original sobre este pasaje “Temblar, aterido, entre álgidas nieves”. En nuestro vídeo, el “Señor Do” está solo en la nieve, en la oscuridad, hace frío… se genera una emoción de miedo, desamparo, tristeza que llega a los niños de muy corta edad, empatizando con el personaje hasta preguntarse “¿Qué le pasa al Señor Do?”.
Segunda secuencia (0:34 s): La alegría. La música crea progresiones armónicas. En palabras de Vivaldi “correr battendo i piedi ogni momento”. El solista interpreta la carrera mientras el tutti va marcando cada paso. Ya es de día… introducimos el juego visual del “Señor Do” moviendo o acompasando el cielo con la finalidad de rebajar la tensión en los niños.
Tercera secuencia (1:26 s): El miedo. Vivaldi imita el sonido del viento helado. La orquesta y el solista alternan los temas del “Frío” y del “Viento” en rápidas notas repetidas. Vivaldi denomina “Ruidos que hace el Viento” a los trémolos de la orquesta al final de esta sección. Visualmente, El “Señor Do” sale volando en globo con los temblores de “baster il denti”… miedo a las alturas… miedo a que el globo se rompa y se produzca la caída…
Cuarta secuencia (2:00 s): La alegría. La musicalidad y la progresión hacia el ritornello en tónica nos transmiten bienestar y alegría… aparece el sol y el “Señor Do” recupera su pelota… aquella que había perdido y le había hecho sentir tan triste… el “Señor Do” vuelve a sentirse feliz.
Si estás interesad@ en más información, te recomendamos el artículo “Las emociones y la música” de Mª Soledad Cabrelles Sagredo publicado en el año 2007 en la Revista de Folklore, número 324 (pincha aquí )..