El movimiento y la música.

La música y el movimiento están íntimamente unidos para nosotros los humanos; nos definen como especie en nuestra evolución natural. El baile es una expresión corporal acompasada a la música que suena, que nos llega. A principios del siglo XX, Émile Jaques-Dalcroze difundió su metodología pedagógica en la que, mediante el movimiento corporal, el niño desarrolla imágenes metales de los sonidos; el movimiento corporal o baile describe el ritmo, estableciéndolo como base del solfeo.

En el pasado, el sonido de un instrumento o canción se ha utilizado para sincronizar los movimientos de una multitud en el desarrollo de una acción que necesitaba de unión y coordinación. Una imagen muy cinematográfica es la galera romana de Ben-Hur en la que los esclavos reman al ritmo del tam-tam del tambor. En la década de 1930, el musicólogo Alan Lomax recorrió las cárceles del sur de EE.UU grabando a presos que entonaban canciones negras mientras realizaban los trabajos forzados a los que estaban condenados. En los grandes veleros ingleses del siglo XIX se utilizaban canciones marineras (género musical “sea shanty”) como medio para coordinar las acciones que requerían ser ejecutadas a un ritmo vivo por numerosos tripulantes a la vez: la canción “Drunken Sailor” es la más conocida de ellas con su estribillo “What shall we do with the Drunken Sailor?”.

Ilustración: W. Symons. – Patterson, J.E. “Sailors’ Work Songs.” (June 1900)

Inspirados en la metodología Dalcroce, hemos querido utilizar una canción tan vinculada al movimiento como es “Drunken Sailor” para realizar un baile en el que nuestros pasos y movimientos corporales describen el ritmo y, de este modo, el niño puede interiorizar las figuras musicales y los silencios. Un ejemplo inspirado en Dalcroce es cómo representamos la figura redonda con un movimiento de lanzar la caña de pescar o de remar. La coreografía nos ha salido un poco Just Dance… nuestro propósito es que la actividad resulte divertida y útil.

Compartimos el vídeo con el musicograma que grabamos en el canal de YouTube Pequeño Mozart, enriquecido con banderas en las que se visualizan las figuras musicales que se representan en cada momento con el movimiento corporal.

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Línea de tiempo

A modo de guía del vídeo, os indicamos una línea de tiempo con la coreografía y figuras musicales que aparecen:

00:03 La coreografía comienza con paso, paso (que equivalen a negra, negra) y luego percusión “clap, clap”. Representa el ritmo titi-ta. A

00:12 Comienza la respuesta, donde trabajaremos la blanca. Incorporamos el movimiento de los brazos y las piernas, con paso adelante y paso atrás, reforzando así la lateralidad.

00:20 Introducimos un nuevo ritmo de percusión corporal: palma, pecho, palma, pecho. Lanzamos el brazo hacia adelante… es importante que a la hora de trabajarlo se introduzcan estos conceptos en el imaginario del alumnado para que así tengan más significado y la motivación suba.

00:28 Repetimos la acción inicial A (00:03).  A

00:36 Combinamos dos acciones: A y la blanca del 00:12

00:42 Repetimos A

00:50 Trabajamos la redonda con la acción de lanzar la caña de pescar.

01:00 Forma A con pasos adelante y atrás

01:08 Forma A

01:16 Repetimos 0:20. Ritmo de percusión corporal: palma, pecho, palma, pecho. Braceamos.

01:40 Trabajamos la pulsación de la negra y hacemos acento en la última figura del compás, realizando una patada adelante y otra atrás.

Sailor-blog-6

01:54 Forma A

02:02 Repetimos acción 00:36

02:10 Introducimos una nueva percusión: pierna, pierna (titi-titi), seguido de la Forma A

02:18 Free-libre. Para el alumnado de infantil y primaria, cuando hacemos una actividad de movimiento, es muy importante dejar un hueco donde el niñ@ se pueda expresar libremente.

02:34 A remar… que es la redonda otra vez!!!